05 marzo, 2008

Carta abierta 3 (El cierre, como siempre a "ella"...)

Your scent is everywhere...
Recién me había despertado, acababa de bañarme y me disponía para afeitarme la barba. Como siempre busqué la hojilla y la afilé en este ritual de cada tres días, como si afilase la presición de mi obsesión; como siempre busqué mi colonia y dejé de último el preparar la espuma, en ese momento, al abrir la gaveta, vi tu botellita de perfume torcida y con su color peculiar; ¿Cómo se escondió todo este tiempo? ¿Dónde?
Mis manos fueron solas y la destaparon, y junto con mi nariz me traicionaron; danzando como el genio de la lámpara, en una danza hipnótica salió ese aroma, tan dulce, tan penetrante, tan poderoso; me eleva y me derrumba, me energiza y me duerme.
Nunca he podido liberarme de su seducción, ese encanto que me hace casi levitar y redimir mi ímpetu; es inevitable recordar esa sensación de paz, ese bienestar, y no deja de parecerme increíble sentir cómo sólo un aroma puede hacerme papilla, destrozar mis sentidos y dejarme sin fuerzas, supongo que lo más terrible de todo es que me recuerda a ti... Supongo que es por eso que lo dejo hacer todas las cosas que me hace...