06 noviembre, 2008

Carta Abierta 6 (citando)

Disculpa la distancia entre carta y carta...
Una disculpa ante nadie...
"Ella" como a todas las anteriores,
esta nunca la leerá.
Y bueno, comienzo esta carta,
como ya comencé otras,
diciéndote que no quiero escribirte,
ignorando a propósito tu existencia,
y también a propósito olvidandote...
Como todas mis cartas,
ésta se escribe completa sólo para decirte algunas líneas,
en este caso se trata de una cita,
una de esas de un libro que nunca se leyó,
de unas letras que no existen,
pero que yo plasmo para ti,
profanando a otro autor que nunca existió,
para escribirte algo que... otra vez, nunca leerás...
"...es ese aroma de un algo mortal,
el halo de un encantamiento que en su danza tremebunda,
desolla las pieles y deshace las carnes, sólo para arribar a las narices incautas que se fascinan con su ser, que le ultraja el sentido e hipnotiza lo esencial en una coreografía que pareciera no acabar, justo en ese momento llegóse el fin, deja el aroma al incauto, sin recuerdos de su encuentro, olvidando todo lo sucedido pero con la eterna sensación de vacío, hechizado para siempre en lo sombrío de buscar un recuerdo que ha quedado en el olvido."
Ahí radica tu belleza.

24 agosto, 2008

Fingiendo

Y aquí estoy...
Otra vez...
Otra mañana...
De nuevo fingiendo leer el periódico,
tan sólo en ropa interior y esta vieja camisa azul,
camisa que es más tuya que mía,
que hace tantos años me regalaste.
Sigo fingiendo pasar mis ojos,
sobre las letras que anuncian otro triste titular.
Sentado en la cama, sin rasurar,
te veo, y te dejo traer el desayuno, 
pretendo que no me interesa nada de lo que haces,
pero me deleito con tus movimientos...

Sólo por casualidad, hoy no llevas ésta camisa...
Sólo por casualidad, hoy puedo mirar tu cuerpo.

Te dejo poner la bandeja, sigo "leyendo",
aveces me miro y me siento viejo, 
luego te miro a ti...
puede que nuestros años mozos hayan pasado, 
pero al fingir leer...
al dejar que me hagas el desayuno...
al mirarte sin verte...
al oler tu perfume en la camisa,
comprendo finalmente lo que decía mi padre,
"son etapas mi'jo, ya verás cuando tengas mi edad"
miro tu sonrisa y te respondo entre risas,
"no quería que te dieras cuenta".

10 agosto, 2008

Onírica...

C'était seulement un rêve... seulement une cauchemar...
Sentado, hipnotizado o idiotizado,
como mejor te parezca, 
sólo veía T.V. 
El lugar tenía las paredes negras, pintadas con la mismísima oscuridad,
sus  marcos y  bordes eran rojos, del color de la pura sangre,
el piso era incoloro y el mullido sofá azul oscuro,
en la tele veía un ser,
se parecía a mí, veía una vida,
se parecía a la mía,
había un cielo azul, un sol radiante, estábamos en el bosque,
y supuse que en otoño por el color de las hojas.
Vestíamos colores pastel, reíamos como atolondrados,
saludábamos a la nada, íbamos en lo que parecía un carro.
nuestras caras mostraban ojos acuosos como de cristal, 
sonreían nuestros dientes perfectos
y saludábamos a la nada,
nos llevábamos de las manos, 
el cabello sin despeinar a una perfección de cartón.
El que mira la tele ahora babea, 
deja caer una gota de brillante saliva...
Murió su última neurona, la quemó como a sus retinas.
...y comenzó a reír como los atolondrados.
C'était une vie normale, du carton...
Ne fais pas ma vie comme ça... S'il te plaît.

04 julio, 2008

Carta abierta 5... (Hielo y melancolía)

There's nothing to do when the moment is gone...
Me dabas todo lo que necesitaba,
sólo con dejarme beber del siempre dulce aroma de tu cuello,
nos dejabamos llevar por algo más grande que nosotros,
desde ese momento comenzaba nuestra existencia
siempre dulce ese aroma, siempre me atrapa,
inclusive en estos amargos recuerdos de momentos dulces...
Me dabas todolo que necesitaba,
me acurrucabas y me dejabas en las nubes,
durmiendo el sueño que sólo un niño podría dormir,
me volvías un niño.

Ha llegado el invierno,
y supongo que con él te fuiste a la curva que te hace la luna
como siempre lejos del alcance de mi mano,
ahora sólo recibo escarcha,
también supongo que debería se dulce, y añoro...
añoro todo lo que eres tú,
todo lo que me dabas,
lo que me hacías sentir,
que me quitabas,
me amabas...
me amabas y duele conjugarlo en pasado...
han pasado muchos inviernos,
han pasado tus lunas,
han pasado otras mujeres por mi morada,
buscando ese siempre dulce aroma de tu cuello,
siempre encontrando lo amargo... añorandote...
Descubriendo que para mí el aroma se extinguió,
sólo me queda hielo y melancolía.

20 junio, 2008

Carta abierta 4... (La que continuó lo que nunca quise, seguir escribiéndole a ella)

Tonight there's no shinig moon for me...
Todos los días me despierto con la gran impresión
de tus labios en los míos,
impresión que graba la pasión con la que me alimentas,
vacías tus deseos en mi boca,
sacas los míos de donde moran, y comienza el espectáculo.
Si el tiempo llegase a su final, éste debería ser,
tal descarga energética sólo puede ocurrir en una catástrofe,
pero no, ésto no es una catástrofe,
semejante placer jamás podría ser algo catastrófico,
o quizá sí,
quizá todo es una farsa,
quizá esto no es más que una falacia,
una mentira que utilizamos para ocultar la soledad,
para no abandonar la costumbre.
Me termino de levantar sonriente y saboreando
el dulce placebo que me das como amor.

05 marzo, 2008

Carta abierta 3 (El cierre, como siempre a "ella"...)

Your scent is everywhere...
Recién me había despertado, acababa de bañarme y me disponía para afeitarme la barba. Como siempre busqué la hojilla y la afilé en este ritual de cada tres días, como si afilase la presición de mi obsesión; como siempre busqué mi colonia y dejé de último el preparar la espuma, en ese momento, al abrir la gaveta, vi tu botellita de perfume torcida y con su color peculiar; ¿Cómo se escondió todo este tiempo? ¿Dónde?
Mis manos fueron solas y la destaparon, y junto con mi nariz me traicionaron; danzando como el genio de la lámpara, en una danza hipnótica salió ese aroma, tan dulce, tan penetrante, tan poderoso; me eleva y me derrumba, me energiza y me duerme.
Nunca he podido liberarme de su seducción, ese encanto que me hace casi levitar y redimir mi ímpetu; es inevitable recordar esa sensación de paz, ese bienestar, y no deja de parecerme increíble sentir cómo sólo un aroma puede hacerme papilla, destrozar mis sentidos y dejarme sin fuerzas, supongo que lo más terrible de todo es que me recuerda a ti... Supongo que es por eso que lo dejo hacer todas las cosas que me hace...

12 febrero, 2008

Carta abierta 2 (a cualquiera menos a "ella")

Esta carta se escribió sola...
Últimamente me he dejado llevar por estas nuevas maneras de escribir, un relato en charla o una charla en relato; me he dejado llevar, o, debe ser que estoy admitiendo que siempre lo he hecho así, eso es algo que dejo al criterio de "ella".
En la distancia se escucha alguien cantando y a alguien riendo dentrode una conversación, ya a estás horas puedo decir que, como yo sufrende insomnio, sólo que no de la misma clase, y me pregunto, ¿lo sufres tú también, o lo estás comenzando a disfrutar como yo?
Esta es la segunda carta que te escribo, a pesar de que dije que no era contigo, no es tan alegre como la primera, pero tiene el mismo fin (sólo decirte unas palabras).
Podría decirte "la pared de mi sala es amarilla, y me recuerda a tu locura", o "se puso negro el cielo y junto con la nube roja que acabo de mirar me recuerda a tu cabello", también podría decirte que "el mar me recuerda a ti, porque el cielo y la tierra me separan de él así como de ti" o simplemente podría decirte "hoy todo me recuerda a ti".

23 enero, 2008

Carta abierta 1 (simplemente a "ella")

I mean you no harm...
Es recién ahora que me doy cuenta,
aveces uno deja pasar sin más los detalles que tanto nos han deleitado,
los que nos llenaron de alegría o que nos dieron placer,
no me refiero a tonterías como "ponte a ver el atardecer" o "es bonito e importante ver a los pajaritos"; mis disculpas a quienes crean que eso es importante, de hecho, los envidio... Me refiero a cosas más personales, o personalizadas, a algo más íntimo, a disfrutar de esos segundos sin hacer nada; últimamente si soy bendecido con unos segundos de ocio me pongo de mal humor; a disfrutar de mi música, a no prestarle atención si mi computadora se guindó, Por Todos los Dioses, disfruta de tu creatividad, pon tus neuronas a trabajar, haz de nuevo todo lo que has hecho, y verás que lograrás corregir algún error o pulir algo que no te convencía desde el inicio... Ya me he desviado de a lo que quería decirte.
Me río de mí mismo, porque finalmente sigo mis propios consejos (cosa que nunca he hecho), me tomo el tiempo de escribir toda esta carta sólo para decirte unas palabras...
Hay tantas cosas que quiero decirte, aveces pienso que son muchas, aveces que no son suficientes, pero ese soy yo siendo el inconforme que siempre he sido. Te extraño, extraño a la chica que conocí, pero a la vez me gusta esta chica, no sé si nueva, no sé si la usual, pero otra vez, ese soy yo siendo el inconforme que siempre he sido...
En fin, sólo quería decirte que parece que ya pasaron siglos desde la última vez que le dediqué tiempo a admirar tu manera de caminar.

19 enero, 2008

Ahora es a mis recuerdos a quien la Luna ilumina. (3era parte de "Llegan los recuerdos y yo los ecribo...")

Ahora la Luna ilumina mis recuerdos, pero como tus lágrimas aparecieron aquella vez, la Luna ilumina esta vez sin el permiso que nunca pidió...
Normalmente en cualquier casa, en cualquier lugar, en cualquier reino esto sería motivo de festivales y celebraciones, el nacimiento de un heredero, pero lo único que esto trajo fue tensión y problemas, más agua para el lago. Ya hacían siglos que estabas diferente, cambiada desde aquel viaje, desde que trajiste a tu nueva aprendiz, desde que se convirtió en más que eso; no sé si por celos yo hice lo mismo, no sé si por eso cambiaste, no sé.
Una noticia como ésta se repartirá entre todos los reinos, entre todas las realidades. Mi caminar es rápido y pesado; mis pasos furiosos retumban como si fuesen truenos catastróficos, quizá fueron los truenos anunciando la catástrofe que venía; mis pies buscan abrir el piso y partirlo con cada pisar, empujo las puertas al punto de romperlas, mis acompañantes saben que ni una palabra deben pronunciar, su existir depende de ello, temorosos de ser las víctimas de mi cólera.
¿Por qué ocultaste esto? ¿Qué bajeza o vanidad ha pasado por tu mente? Mis bramidos como rugidos eran de odio. ¿Cómo llegamos a eso? un amor así, algo tan bello. Tus damas de compañía, sin la valentía de verme en ese estado, se desvanecieron en el aire al sentir mi presencia.
Finalmente llegué a tus aposentos, tu guardia aún estaba, aguantando toda mi repulsión y el horrible ambiente que ella generaba; ¿qué has hecho? ¿qué hiciste con mi heredera? ¿porqué ocultaste algo así? Aullaba de desolación, odio y tristeza al mismo tiempo; ¿por qué me lo has ocultado? Grité una vez más, no esperaste mucho para extender tus brazos y romper mi silencio con unas palabras que jamás olvidaré "Aquí tienes a tu heredera, pero no creo que te sirva de mucho, ha nacido muerta." Como siempre nos hemos parecido, tu mirada también exhalaba odio, ira y soberbia, tus palabras desencadenaron lo que nunca debió ser, hasta tú sentiste temor, temor que pronto cambió por más ira y rencor en respuesta a mis palabras, palabras que nunca debieron ser pronunciadas, recuerdo cada sonido, "Esto es tu culpa, hija de hombres.", con eso desvaneciste tu imagen y yo salí a desahogar mi propia ira, desde ese momento el cielo se tornó rojo y un crujir, casi un temblor, se escuchó por un largo rato.
No volví a verte por eones, y no fue sino con otra imagen, oculto tras la apariencia y complicidad de tu amado, que pude volver a tocarte.

03 enero, 2008

Dejo que la Luna me ilumine. (2da parte de "Llegan los recuerdos y yo los ecribo...")

Mientras tanto dejo que la Luna siga iluminando mis recuerdos. Recuerdo que te gustaba esconderte de mí, lo hacías siempre, hubo una vez en especial; salías del agua, nunca te gustó secarte y yo siempre he pensado que la seda blanca en tu cuerpo mojado es algo sublime; apenas sentiste mi presencia corriste por las columnas del cuidadosamente tallado marfil, pisando el oro del templo, mi templo que, como todo el reino carecía de dueño cunado tú aparecías. Ya tenía unos instantes buscándote, siguiendo tu travieso juego, finalmente te encontré, corriste para que no te agarrase, pero en eso aún te superaba, te tomé de la mano y te besé como si no lo hubiera hecho en siglos, como siempre te he besado.