23 enero, 2008

Carta abierta 1 (simplemente a "ella")

I mean you no harm...
Es recién ahora que me doy cuenta,
aveces uno deja pasar sin más los detalles que tanto nos han deleitado,
los que nos llenaron de alegría o que nos dieron placer,
no me refiero a tonterías como "ponte a ver el atardecer" o "es bonito e importante ver a los pajaritos"; mis disculpas a quienes crean que eso es importante, de hecho, los envidio... Me refiero a cosas más personales, o personalizadas, a algo más íntimo, a disfrutar de esos segundos sin hacer nada; últimamente si soy bendecido con unos segundos de ocio me pongo de mal humor; a disfrutar de mi música, a no prestarle atención si mi computadora se guindó, Por Todos los Dioses, disfruta de tu creatividad, pon tus neuronas a trabajar, haz de nuevo todo lo que has hecho, y verás que lograrás corregir algún error o pulir algo que no te convencía desde el inicio... Ya me he desviado de a lo que quería decirte.
Me río de mí mismo, porque finalmente sigo mis propios consejos (cosa que nunca he hecho), me tomo el tiempo de escribir toda esta carta sólo para decirte unas palabras...
Hay tantas cosas que quiero decirte, aveces pienso que son muchas, aveces que no son suficientes, pero ese soy yo siendo el inconforme que siempre he sido. Te extraño, extraño a la chica que conocí, pero a la vez me gusta esta chica, no sé si nueva, no sé si la usual, pero otra vez, ese soy yo siendo el inconforme que siempre he sido...
En fin, sólo quería decirte que parece que ya pasaron siglos desde la última vez que le dediqué tiempo a admirar tu manera de caminar.

19 enero, 2008

Ahora es a mis recuerdos a quien la Luna ilumina. (3era parte de "Llegan los recuerdos y yo los ecribo...")

Ahora la Luna ilumina mis recuerdos, pero como tus lágrimas aparecieron aquella vez, la Luna ilumina esta vez sin el permiso que nunca pidió...
Normalmente en cualquier casa, en cualquier lugar, en cualquier reino esto sería motivo de festivales y celebraciones, el nacimiento de un heredero, pero lo único que esto trajo fue tensión y problemas, más agua para el lago. Ya hacían siglos que estabas diferente, cambiada desde aquel viaje, desde que trajiste a tu nueva aprendiz, desde que se convirtió en más que eso; no sé si por celos yo hice lo mismo, no sé si por eso cambiaste, no sé.
Una noticia como ésta se repartirá entre todos los reinos, entre todas las realidades. Mi caminar es rápido y pesado; mis pasos furiosos retumban como si fuesen truenos catastróficos, quizá fueron los truenos anunciando la catástrofe que venía; mis pies buscan abrir el piso y partirlo con cada pisar, empujo las puertas al punto de romperlas, mis acompañantes saben que ni una palabra deben pronunciar, su existir depende de ello, temorosos de ser las víctimas de mi cólera.
¿Por qué ocultaste esto? ¿Qué bajeza o vanidad ha pasado por tu mente? Mis bramidos como rugidos eran de odio. ¿Cómo llegamos a eso? un amor así, algo tan bello. Tus damas de compañía, sin la valentía de verme en ese estado, se desvanecieron en el aire al sentir mi presencia.
Finalmente llegué a tus aposentos, tu guardia aún estaba, aguantando toda mi repulsión y el horrible ambiente que ella generaba; ¿qué has hecho? ¿qué hiciste con mi heredera? ¿porqué ocultaste algo así? Aullaba de desolación, odio y tristeza al mismo tiempo; ¿por qué me lo has ocultado? Grité una vez más, no esperaste mucho para extender tus brazos y romper mi silencio con unas palabras que jamás olvidaré "Aquí tienes a tu heredera, pero no creo que te sirva de mucho, ha nacido muerta." Como siempre nos hemos parecido, tu mirada también exhalaba odio, ira y soberbia, tus palabras desencadenaron lo que nunca debió ser, hasta tú sentiste temor, temor que pronto cambió por más ira y rencor en respuesta a mis palabras, palabras que nunca debieron ser pronunciadas, recuerdo cada sonido, "Esto es tu culpa, hija de hombres.", con eso desvaneciste tu imagen y yo salí a desahogar mi propia ira, desde ese momento el cielo se tornó rojo y un crujir, casi un temblor, se escuchó por un largo rato.
No volví a verte por eones, y no fue sino con otra imagen, oculto tras la apariencia y complicidad de tu amado, que pude volver a tocarte.

03 enero, 2008

Dejo que la Luna me ilumine. (2da parte de "Llegan los recuerdos y yo los ecribo...")

Mientras tanto dejo que la Luna siga iluminando mis recuerdos. Recuerdo que te gustaba esconderte de mí, lo hacías siempre, hubo una vez en especial; salías del agua, nunca te gustó secarte y yo siempre he pensado que la seda blanca en tu cuerpo mojado es algo sublime; apenas sentiste mi presencia corriste por las columnas del cuidadosamente tallado marfil, pisando el oro del templo, mi templo que, como todo el reino carecía de dueño cunado tú aparecías. Ya tenía unos instantes buscándote, siguiendo tu travieso juego, finalmente te encontré, corriste para que no te agarrase, pero en eso aún te superaba, te tomé de la mano y te besé como si no lo hubiera hecho en siglos, como siempre te he besado.