28 diciembre, 2007

Con tan sólo una mirada...

Sólo una mirada alcanzó,
sólo el roce de nuestros ojos;
recuerdo exactamente el momento,
tus rojos cabellos besándote los pómulos,
tus labios pintados bordeando tu sonrisa tan femenina,
tus ojos con ese dibujado borde negro.
Estabas a unos cuantos metros de mí,
pero pude ver tus ámbar pupilas contraerse;
sabía que sentías lo mismo.
Dejé que te acercaras, sin que esa fuese tu intención.
Todo esto es nuevo para mí,
pero captaste mi atención enseguida.
Poco a poco fui haciendo,
lo que hace la Gloria de la Mañana en las rejas,
lo hacía en tu aroma,
en tu imagen,
en ese bouquet que dejas en mi mente.
Vine con la iniciativa de ponerle fin a esto,
esto que nunca ha empezado;
pero quebré el muro,
poco a poco desbordo la represa;
corro a tus brazos y empujo nuestros labios,
tu sorpresa es mía;
pensé que primero llegaría el fin del mundo, pero,
con desenfreno te voy quitando la ropa,
no me importa el anillo que llevo en el anular izquierdo,
no me importa lo que puedan pensar,
tampoco lo que yo piense después,
porque en estos momentos,
mi esposo es lo último que me importa.

1 comentario:

hALE dijo...

wow..ya entiendo porque dijiste que nunca habías escrito algo así... es interesante que te vayas por esta rama. Fue raro porque al principio pensé que se trataba de un hombre, pero el final es sorpresivo...