23 diciembre, 2007

El momento de mi muerte

Me miras ignorando que te veo, me ves y no a la vez.
Te veo y tan sublime imagen sólo puede ser un sueño.
Miro el agua escribiendo la poesía sobre tu cuerpo,
las gotas escurriendo de tu cabello como lluvia desde el cielo,
tu piel cubierta sólo por agua brilla cuan si fuera de cristal,
el agua lamiendo tus pezones de fresa, tu vientre de Diosa,
mojando tu cuerpo en poesía.

Éste tiene que ser el momento de mi muerte,
porque deliro como si estuviese envenenado,
envenenado por tus ojos acuosos,
por tu piel cristalina, por tu cabello de seda,
por tus pezones de fresa, por tu vientre de Diosa.

Me miras ignorando que te veo, me ves y no a la vez.
Y tu bella imagen roza mis ojos,
dejándolos ver lo que está prohibido.
Saboreo tu piel con la mirada,
y un caliente correntazo estremece mi ser.

Éste tiene que ser el momento de mi muerte;
porque tales sensaciones de deleite, sólo las puede tener quien ha llegado al cielo;
porque deliro como si estuviese envenenado,
envenenado por labios de miel,
por tus pómulos de terciopelo,
por tu seno de fuego y tus muslos de atardecer.

pasas la mirada sobre mi ser,
sin darte cuenta de que te admiro.
Pasas la mirada sobre mi ser,
sin darte cuenta de que me ves,
y yo comienzo a creer que le momento de mi muerte,
acaba de terminar.

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